Introducción
A mediados de 1850 Barcelona se encontraba atrapada dentro de sus viejas murallas, había crecido al punto que el caso antiguo ya no le podía contener. Las autoridades locales iniciaron la búsqueda de propuestas para una futura metrópolis y la tarea finalmente le fue encomendada al ingeniero Idelfons Cerdà, quien se presentó con una visión radical de un nuevo planeamiento urbano fuera de las viejas murallas. Es así como apareció el distrito del Eixample y el término "urbanización" que el mismo Cerdà ya había utilizado en su libro "Teoría general de la urbanización".
El nacimiento del Eixample: Ciudad utópica y el Legado del Urbanismo Visionario en Barcelona
A mediados de 1850, Barcelona se encontraba atrapada dentro de sus viejas murallas, había crecido al punto que el casco antiguo ya no le podía contener. Las autoridades locales iniciaron la búsqueda de propuestas para una futura metrópolis, y la tarea finalmente le fue encomendada al ingeniero Idelfons Cerdà, quien se presentó con una visión radical de un nuevo planeamiento urbano fuera de las viejas murallas. Es así como apareció el distrito del Eixample, que marcó el nacimiento del urbanismo visionario en Barcelona.
Cerdà era un socialista utópico y buscó diseñar un territorio sin distinciones de clase, donde la población se distribuyese de forma igualitaria y sin enclaves exclusivos para los más ricos o barrios segregados para los pobres. Su ideal era el de una ciudad jardín con calles anchas e importantes áreas verdes. De acuerdo a ese plan es que la nueva Barcelona se dividió en bloques octogonales, de esquinas recortadas para facilitar la circulación, unidas por calles paralelas y perpendiculares y separadas únicamente por grandes avenidas que las cruzan diagonalmente. Dentro de cada bloque, Cerdà pensó en un área pública que mejoraría la calidad del aire, haciendo al conjunto amigable con el medio ambiente. La altura máxima de las construcciones estaba estipulada en 16 metros en 4 pisos. El plan incluía edificios públicos como mercados, hospitales, parques, iglesias y más. Se excluyeron de la zona residencial las fábricas y otros edificios industriales.
Cerdà proyectó el papel primordial de los vehículos en su nueva ciudad, un factor que transformaría a Barcelona profundamente. El diseño original de bloques octogonales y esquinas cortadas simplifica el recargado tráfico urbano, aún hoy.
La Exhibición universal de 1888
El plan de reconstrucción de Barcelona comenzó a implementarse solo hacia el final del siglo XIX, cuando debido a la Exhibición universal de 1888 se construyeron nuevas edificaciones alrededor de la ciudad.
Para dar la bienvenida a los visitantes se erigió el Arc de Triomf, y se añadieron las ahora tradicionales áreas del parque de la Ciutadella, el zoológico y parte de la Estació de França.
Parque de la Ciutadella
El rediseño del parque de la Ciutadella, en donde se llevó a cabo la mayor parte de la exhibición, le fue encargado a Josep Fontserè. Muchos de los originales edificios militares de la antigua fortaleza militar fueron reutilizados, incluyendo la capilla, ahora una parroquia militar, el palacio del gobernador, actualmente ocupado por el instituto de educación secundaria IES Verdaguer, y la armería, en donde se ha instalado el Parlamento de Catalunya.
Los edificios, diseñados por los más prestigiosos arquitectos de la época, ocuparon una cuarta parte de la exhibición, constituyendose así en una prueba inaugural de la arquitectura modernista que iba ganando terreno en Barcelona.
Los edificios de la Exhibición
La mayoría de los edificios de la exhibición desaparecieron con el paso del tiempo. Nos han sobrevivido el Arc de Triomf de Josep Vilasek; el Castillo de los tres dragones, creado como un café restaurante por Luis Domènech i Montaner, actualmente museo Zoológico; el museo Geológico de Antonio Rovira y Trias; el Hivernacle, un invernadero diseñado por Joseph Amargos; el Umbracle o casa de las sombras de Josep Fontserè; y parte de la llamada Galería de las máquinas de Adria Casademunt i Vidal, ahora parte del zoológico.
La torre Eiffel en Barcelona
Un dato curioso: se cuenta que el ingeniero francés Gustave Eiffel presentó el proyecto de construcción de una torre Eiffel en Barcelona para la exhibición universal de 1888, pero el consejo de la ciudad lo consideró extravagante, caro y fuera de lugar en el entorno urbano, prefiriendo en cambio el mas tradicional Arc de Triomf. Un año más tarde, Eiffel volvería a presentar su proyecto en la exhibición universal de 1889, en París.
Enric Sagnier en el Carrer Girona
A pesar de que la Exhibición universal de 1888 se llevó a cabo en un perímetro cerrado, tuvo un importante impacto positivo en la ciudad. Por una parte, el evento significó una motivación para culminar el plan de urbanización, aún incompleto tras varios años, mientras que por otra, aceleró la construcción de servicios e infraestructura necesaria para mejorar la vida de sus habitantes, añadiendo un aire de modernidad.
El carrer Girona se encuentra en la parte derecha del Eixample, dentro de la llamada "Manzana dorada", una ruta especialmente fértil en ejemplos de la arquitectura modernista catalana. La casa Eduardo de Lamadrid, diseñada por el arquitecto Luis Domènech Montaner en 1902 es uno de los edificios más significativos de los alrededores. En el número 86 se encuentra la Casa Isabel Pomar, construida entre 1904-06; mientras que la Casa Bure del arquitecto Francisco Berenguer, en la esquina de Ausiàs Marc y Girona, y la casa Antoni Roger Vidal en el número 20 del carrer Girona y también con fachada a los números 33-35 de Ausiàs Marc, obra de Enric Sagnier, son sumamente llamativas.
Hostal Girona
La casa Enric Roger Vidal fue diseñada por el arquitecto catalán Enric Sagnier en 1888. Los edificios de la etapa temprana del modernismo catalán sobresalieron por su eclecticismo, aun notorio en el pórtico de ingreso al número 24 del carrer Girona, en donde encontramos una masiva escalinata doble.
Enric Sagnier, uno de los arquitectos más fructíferos de Catalunya, diseñó 2 edificios en el carrer Girona y una gran cantidad de otras obras en el lado derecho del Eixample, en donde se asentó la burguesía local, que jugó un rol preponderante en la economía catalana.
El elevador
El hostal Girona funciona en dos plantas de la casa Enric Roger Vidal. Creado con la intención de proveer a nuestros huéspedes de un lugar con personalidad, historia, elegancia y confort, el hostal Girona permite al visitante una experiencia única de sentir Barcelona desde dentro. Las habitaciones han sido diseñadas combinando el tradicional estilo catalán de principios de siglo con uno más moderno y funcional.
El elevador de la Casa Enric Roger Vidal, diseñado e instalado por Enric Cardellach i Hno a principios del siglo XX resalta en la composición del edificio. La compañía, creada por el mayor de los Cardellach, sirvió también de trampolín a Felix, que se convertiría en profesor fundador de la Escuela de Artes y Oficios así como docente de la escuela de Ingenieros de la ciudad, teniendo un lugar destacado en renacimiento catalán.
Nolla
No hay alfombras en el hotel, sino un fino suelo tradicional de mosaicos. Los mosaicos Nolla llevan este nombre como recuerdo del negociante catalán Miguel Nolla, que empezó a producirlos hacia 1860 en Valencia. Los mosaicos Nolla representan distinción y prestigio, por lo que trabajamos para preservarlos y para que nuestros huéspedes puedan disfrutar de ellos.
Ya sea que busques un lugar para relajarte y descansar o un punto de partida para explorar la ciudad, el hostal Girona es el mejor espacio. Con su mezcla de modernidad y tradición, el hostal llenará tu estadía de memorias únicas e irrepetibles.
Los restos de la vieja muralla aún son visibles. Para conocerlos basta con explorar los alrededores de la ciudad vieja en donde encontraremos maravillas de la Barcelona antigua, desde la era romana hasta nuestros días pasando por el típico modernismo catalán.
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